¿Quiénes somos?

Somos boricuas interesados e interesadas en el bienestar de nuestro país. Provenimos de diferentes sectores sociales, laborales y profesionales, así como de distintas experiencias y ámbitos de trabajo. Ante la situación de desesperanza y degradación económica, política, social y moral por la que atraviesa nuestra sociedad, hemos decidido llevar a cabo un trabajo serio y comprometido con el fin salir de la grave crisis en la que nos encontramos. A tales efectos, te presentamos esta propuesta de trabajo, con el fin de auscultar tu parecer, y conocer tu disponibilidad para contribuir a este proyecto de renovación nacional.     

Nuestro pueblo se encuentra inmerso en una grave crisis que abarca todos los aspectos de la vida cotidiana. Esta crisis no es nueva. La misma es producto de largas décadas de acumulación de diversos problemas que han desembocado en  una situación social insostenible. Gran parte de la responsabilidad de que hayamos llegado a estos niveles críticos, recae sobre los gobiernos que se han turnado en el poder político desde hace más de cuatro décadas. Esta situación se ha agravado por la falta de una respuesta contundente que ponga en jaque a los que sostienen este régimen y proponga una solución definitiva.

No obstante, el mayor de los problemas que confrontamos  es  el sistema de dependencia colonial en  que hemos estado viviendo por los pasados 504 años. Este sistema colonial,  fue iniciado por España con la invasión y ocupación de Borinquen en  1509 y tuvo una duración de aproximadamente cuatro siglos. Durante ese tiempo se pretendió exterminar la población indígena y se inició la importación forzosa y esclavización de hombres y mujeres de origen africano.

No empece, la explotación, el maltrato y represión que sufrieron los indígenas, los esclavos y los blancos pobres, desde el siglo 18 se fue forjando una nacionalidad autóctona a Borinquen. En el Grito de Lares de 1868 quedó cuajada  la Nación Boricua y para finales del siglo 19 alcanzo su autonomía y reconocimiento internacional.

En el 1898, como consecuencia de la Guerra Hispanoamericana,  Borinquen pasó a ser una colonia de Estados Unidos de América.  Hace  más de un siglo que  hemos sido sometidos a este régimen colonial. Durante ese periodo nuestro pueblo ha sido súper explotado económicamente, agredido culturalmente, reclutado como carne de cañón, utilizado como conejillo de indias en experimentos de todas clases,  y sobre todo reprimido brutalmente por sus aspiraciones a la libertad política. Sin embargo, amplios sectores de nuestro pueblo han resistido el designio de transformarnos en “pettit yankee” y a pesar de todos los intentos y recursos empleados para tratar de desnaturalizarnos, la inmensa mayoría de nuestro pueblo se siente orgulloso de ser BORICUA.

La profunda crisis del capitalismo mundial, la decadencia y depresión de la economía de Estados Unidos, constituye un escenario que exige buscar nuevas alternativas a los modelos de dependencia económica propuestos por los partidos coloniales. Mientras los viejos imperios capitalistas se contraen, otras naciones en América Latina y Asia  progresan. La condición colonial de nuestro País nos mantiene atados a la decadencia económica de Estados Unidos y no permite nuestra integración a las corrientes progresistas de la humanidad.    

Tengamos presente que el gobierno de Estados Unidos no puede continuar asumiendo las llamadas transferencias federales e irá cortando los subsidios económicos al gobierno de Puerto Rico. También, la capacidad prestataria del gobierno colonial ha llegado a su límite. Ya la clase política cuenta con menos opciones para mantener artificialmente la economía. El sistema colonial ya no da más. Nos encontramos ante una coyuntura histórica preñada de posibilidades,  aprovechemos la oportunidad para salir del colonialismo que nos ha subyugado por más de cinco siglos.

¿Con qué contamos?

Contamos con un archipiélago en una privilegiada posición estratégica en una de las rutas comerciales más importantes del planeta. En la costa sur, de la isla más grande,  tenemos un puerto de hondo calado que puede convertirse en un superpuerto del Caribe. En la costa noreste se encuentra la antigua base naval que tiene el potencial para convertirse en un modelo  económico y social que respetando la ecología  balanceara el desarrollo productivo de los recursos naturales y humanos. Nuestro territorio nacional es más grande que muchos otros países que se han desarrollado exitosamente.

Tenemos casi cuatro millones de habitantes   en nuestras islas y en el exterior tenemos una fuerza nacional de Boricuas,  ascendente a más de cuatro millones. Nuestra población, altamente alfabetizada, posee destrezas y habilidades comparables a cualquier país desarrollado. Los boricuas hemos acumulado un acervo cultural de alta calidad. Tenemos un legado de pensadores, científicos, militares, religiosos y artistas que no solo han contribuido al bienestar de Borinquen, sino también a los pueblos de América y el mundo.

La fuerza trabajadora boricua es una de las más diestra y calificada de la región caribeña. Nuestra clase artística se destaca de igual a igual con los mejores del mundo. Los atletas boricuas compiten favorablemente en muchas categorías. Muchos de los jóvenes que se gradúan de nuestras  universidades son reclutados por grandes empresas y gobiernos extranjeros. Además, de los fértiles valles y montañas disponibles para la agricultura, contamos con hermosos parajes y bellos paisajes que abonan a nuestra oferta turística. Como es natural nuestras islas acceden a cuantiosos recursos marinos.  Agraciadamente, estamos provistos de todo lo necesario para fundar un Nuevo País próspero y soberano.   

¿Hacia dónde nos dirigimos?

Las personas que hemos iniciado este movimiento, entendemos que ha llegado el momento de plantearnos un proyecto novedoso, imaginativo y creativo que  enfrente los grandes problemas que padecemos. Estamos convencidos de que ya no es posible recuperar nuestra economía, nuestra sociedad, nuestra política y nuestra cultura dentro del sistema colonial existente. Por estos motivos, nos dirigimos a convocar a aquellos compatriotas  que coincidan con lo aquí expresado, a fundar un Nuevo País. Necesitamos que todos aportemos nuestro grano de arena para que en conjunto forme una sólida roca sobre la cual construir la Patria liberada. La construcción será tan fuerte como sus cimientos.

¿Qué Proponemos?

Para fundar el Nuevo País que necesitamos y anhelamos,  proponemos conducir un diálogo franco y amplio, con distintos sectores de nuestra sociedad. Necesitamos  recoger el sentir de los  interesados y plasmarlos en  una propuesta efectiva para la fundación de ese Nuevo País a que aspiramos.  Reconocemos que  para fundar este Nuevo País, es necesario establecer nuevas instituciones, programas, reglas y jurisdicciones que nos conduzcan a desarrollar nuevas formas de relaciones,  políticas, económicas, sociales y culturales. También, tenemos que garantizar que  podamos expresarnos libre, democrática, participativa y armoniosamente. Además, este esfuerzo ciudadano,  debe estar enmarcado en unos valores fundamentales que sean guías para la sana convivencia, la reconciliación y la armonía social. Se trata, entonces, de promover una propuesta basada en los conceptos: paz, amor, tolerancia, respeto, humildad, compasión, cooperación, armonía, paciencia y comprensión, entre otros.

Debe quedar claro que nuestra propuesta rechaza cualquier tipo de violencia, abuso, maltrato y comportamiento indebido. Queremos fundar un Nuevo País, que esté definido por elevados valores humanitarios, así como por formas de comportamiento que superen los estilos basados en el discrimen, la intolerancia, la violencia, el abuso de poder, la corrupción, la deshonestidad y otros. Te invitamos a caminar con nosotros la ruta de la liberación y construcción de una Patria renovada.

Para fundar la Nueva Patria que necesitamos y anhelamos, proponemos conducir un

diálogo franco y amplio, con distintos sectores de nuestra sociedad. Necesitamos recoger el

sentir de las personas interesadas y plasmarlos en una propuesta efectiva para la fundación

de ese País Nuevo al que aspiramos