SISTEMA UNIVERSAL DE SALUD

22.03.2013 09:42
 
Dr. Héctor Cintrón Príncipe
Si Puerto Rico invierte 12.6 billones de dólares al año en cuidado de salud, no hay duda de el sistema de salud es además de costoso, ineficiente. La creciente incidencia de obesidad, hipertensión, Diabetes, enfermedades respiratorias, renales y mentales, homicidios, suicidios, drogadicción, confirman este fracaso. Las causas de muertes son otra evidencia. (Busque en la página del Departamento de Salud las estadísticas de las primeras causas de muerte: Corazón, Cáncer, Diabetes, Apoplejías (CVA), Pulmonar Crónica, Pulmonía, Nefritis, Alzheimer Homicidios, Hipertensión, Suicidios VIH…)
Se plantea como alternativa un nuevo sistema con título inspirador: “Un Sistema integrado de Salud”. El Dr. Jorge Sánchez lo caracteriza como un sistema que requiere:
  • Una identidad legal con gobernanza definida
  •  Trabajo en conjunto de prácticas médicas, centros primarios, hospital y especialistas que cumplan con las necesidades de los pacientes
  • Un programa coherente con beneficios definidos para la población servida
  • Participación continua en actividades de mejoramiento de la calidad
  • Transferencia de información y expedientes médicos.
Las metas deben ser mejorar la salud y mejorar el sistema de cuidado de salud, nos dice Dr. Sánchez y da como ejemplos los Sistemas de Menonita y Auxilio Mutuo (El Bisturí, Marzo 2012, Revista del Colegio de Médicos-Cirujanos de Puerto Rico)
Estas características estaban contenidas en el sistema de salud creado por el visionario Dr. Guillermo Arbona hace muchos años. El mismo sistema que fue descartado por malo hace aproximadamente dos décadas. Su principal deficiencia era que no incluía al sector privado de la salud, o sea había dos sistemas: el de los pobres y el otro. El gobierno era responsable de proveer el servicio directo al paciente “medico indigente”. Hubo además, mala utilización de los hospitales de gobierno por falta de visión empresarial, por falta de supervisión adecuada y por robos pequeños y frecuentes que incluía el robo de horas de trabajo, o de cosas que surtían a familiares de médicos y empleados. Se atendían pacientes con planes médicos privados pero no había un énfasis en facturarle a ese plan. (Ley 56 de 1969 viabilizaba el que se le pudiera facturar y cobrar.) Había pacientes referidos por palas políticas con cartas y todo. Se les daba el servicio, había que colarlos, pero no se les podía cobrar. O sea, las numerosas y pequeñas corrupciones del diario vivir cercenó su eficiencia. Hubo un intento de reformarlo para integrar los dos sistemas, surgido de mentes de nuestra propia Escuela de Medicina, que cayó tan mal, que ahora no se atreven ni a mencionarlo. Se le llamó “SUSI” (SEGURO UNIVERSAL DE SALUD INTEGRAL). A los pobres creadores se les grito con toda la intención de insultarlos,“Comunistas”, como que esa era la peor mala palabra del momento.
¿Qué tenemos ahora? Los proponentes han iniciado un sistema regionalizado, pero privado. Hay que volver a niveles de servicios primario, secundario y terciario por regiones, pero privado. El Departamento de Salud (Gobierno) será entonces el cuerpo de “gobernanza”.El mismo que no supo supervisar sus propios servicios, va a ser supervisor de los privados. El mismo que no supo exigir calidad. Va a supervisar a un sector de la economía entre cuyos principios esta el abierto rechazo a la intervención del estado en sus negocios.
Nos preguntamos, ¿dejará de ser negocio la Industria de la Salud? No. El fin es lucro y salarios y beneficios de lujo. Nos preguntamos, ¿habrá reducción y restricción de salarios y lujos a los altos ejecutivos de las aseguradoras que administren el Sistema Integrado de Salud para que nos salga más barato? Imposible. Crearía mal precedente para los políticos. Además las aseguradoras tienen más poder que el propio gobierno y tienen de su lado la banca. Nos preguntamos, ¿habrá un solo sistema de Servicios de Salud? Las primeras tres décadas de la Reforma de Salud, siempre tuvo dos, siendo el sistema de gobierno el desahogo para atender lo que no era rentable, o lucrativo: de-ambulantes, pacientes sin planes, heridos de bala, accidentes de autos, condiciones crónicas y/o infecciosas. ¿Será distinto? No
Nos preguntamos, ¿habrá prevención? ¿Cómo puede mejorar la salud un sistema que se lucra de la enfermedad? Ni a los médicos, los hospitales ni las farmacéuticas les conviene.
¿Qué habrá? Lucro y lujo porque para eso es que este sistema económico existe. Lo primero, que ya se ha insinuado, es la formación de consorcios lujo-lucrativos. La interacción de los protagonistas en la industria de la salud es a menudo antagónica. El paciente es solo un instrumento de generar riqueza a unos o, a otros. Ya se está viendo en
instituciones privadas multiplicidad de estudios, exámenes, consultores, en “clientes” (que ya no son pacientes), hospitalizados. Y a mejor plan, mayor cantidad de estudios, estadías y consultas, en detrimento de las ganancias de las aseguradoras. Solo hay que justificarlas. Eso ocurre hoy en hospitales privados y en programas de residencia de pobre supervisión o donde la especialidad es medicina defensiva. ¿Eso lo va a resolver el Sistema Integrado de Salud, pero Privado? No.
Entonces entran en los consorcios lujo-lucrativos: las aseguradoras. Compran redes de hospitales, o los hospitales establecen su propio plan de salud para sus “socios”. Ambas cosas ya están sucediendo. El sistema Káiser Permanente y otros ya se han lucrado en los Estados Unidos desde los años 70, y ya han iniciado el próximo paso que es poner a los médicos bajo contrato. Pero allá el desempleo es menor al 5%, la escolaridad es mayor y los estilos de vida distintos. (Elementos importantes en la eficiencia, costo efectividad y medicina preventiva). Además, todos los indocumentados estaban excluidos del Sistema Káiser, contrario a nosotros. Entonces, lo que se botó por malo del sistema de Dr. Arbona, donde te atendía el que estuviera de turno, pronto será bueno, por ser privado, y te atenderá el médico contratado que esté turno. ¿Entonces?
Los últimos protagonistas de la industria de la salud (o la insalubridad) que, primero que todos y silenciosamente, movió sus fichas son: las farmacéuticas. Desde que se mencionó la palabra reforma, aquí y allá, se multiplicaron los precios de las medicinas. Su mejor cliente era Gobierno ya que el Sistema Arbona incluía todos los medicamentos. A las Farmacéuticas no les conviene que después de tanta inversión, vengan a reducir el número de enfermedades crónicas que tanto alimentan sus arcas. Si están por lo mismo: Lucro y Lujo. Ambos. ¿Cómo se va a prohibir el cigarrillo o medicinas que hacen daño, si basta con ponerle un “Black Box Warning”? Claro si el producto se hubiera producido en Siria o Irán, ya lo hubieran prohibido y bombardeado sus capitales. ¿Cómo se va a prohibir que la tarjeta de la familia cubra los ocho padrinos o la comida chatarra que usted ve en los carritos de compra de personas con Obesidad, Dislipidemia, Diabetes y/o Hipertensión? ¿Cómo se le va a prohibir sacar efectivo para cigarrillos y licor? ¡Caramba! ¿Por qué no? Si la tarjeta de la familia sirve para costear lo que hace daño o no alimenta, bien puede servir para pagar un deducible mensual por estilos de vida de riesgo al plan de Reforma.
La realidad es esa. La industria privada de la salud está montada bajo la premisa de que la ganancia es fundamental. Y mientras más, mejor. La medicina de gobierno adoleció de la falta de adiestramiento de sus empleados para crearles una mejor actitud hacia la calidad de servicio, productividad y competitividad; y un mayor compromiso social. Ahí están los ocho pa’ treinta que difaman a todos los demás; los que llegan tarde y se van temprano, o trabajan dos o tres días a la semana, pero cobran igual o más que los que van más allá de su deber, evidencia de la falta de supervisión, y recompensa al mérito.
¿Qué hacer? ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo iniciar la transición?
  1. Plan Universal de Salud en cooperativa de suscriptores y Gobierno (Depto. Salud): Las aseguradoras privadas que sigan por su lado, que el propio sistema con el desempleo creciente, los gastos alegres y altos sueldos de lujo para ejecutivos de ellas, se encargarán de llevarlas a quiebra.
  2. Énfasis en prevención Si el pueblo es sano las aseguradoras no hacen falta. Todo el mundo paga por un plan universal según núcleo familiar, número de hijos y estilos de vida.
  3. Aunar presupuesto de ACCA con el del Departamento de Salud.
  4. Eliminar el presupuesto y toda la burocracia del negocio politiquero llamado “Fondo del Seguro Del Estado”. Salvo el Hospital Industrial y su centro para quemaduras, podemos prescindir de lo demás, e integrarlos a los hospitales de área o regionales.
  5. Volver al sistema regionalizado de Servicios de Salud como lo estableció el Dr. Arbona.
  6. Recuperar todos los hospitales regionales, rehabilitarlos y convertirlos obligadamente en cooperativas de empleados (50%) y Gobierno (50%).
  7. Promoverlos y adecuarlos para competir (inicialmente) y atraer pacientes con planes privados.
  8. Rescatar los valores y el orgullo que antes tenía el ser un servidor público.
  9. Ni un solo Centro Cardiovascular más ni un solo hospital privado más. No hacen falta. La tendencia actual es a reducir las hospitalizaciones. El énfasis en la prevención reduce la hospitalización.
  10. El acto de corrupción política o de gobierno debe considerarse como un acto de traición a nuestro pueblo y debe conllevar el embargo de todos los bienes y la expulsión del país.
  11. Educación para una mejor salud: La re-educación en el trabajo es el primer paso para iniciar un cambio de un negocio que se lucra de la insalubridad a uno de dedicación y orgullo en el servicio de salud que se brinda.
  12. La educación en las escuelas debe volver a los currículos anteriores donde se les enseñaba desde niveles elementales Responsabilidad Social, el valor del trabajo como instrumento de superación del ser humano, Moral Cristiana de amor al prójimo, el respeto por los demás.
  13. Uso de la televisión para educación y promoción de dietas saludables y estilos de vida sanos.
  14. Control de las escuelas televisivas de capacitación para el crimen, incluyendo la violencia en el hogar, inter racial, étnica y automotriz, y la promiscuidad. (Entiéndase “Delete” de esos programas series o películas.)
  15. La prohibición de Refrescos y Comida Chatarra en escuelas, hospitales, e instituciones de gobierno. (…posteriormente del País y luego del Planeta Tierra.)
Seamos realistas. Hagamos lo imposible. La Salud no debe ser negocio.